Talcott Parsons
“El salón de clases puede estudiarse como agencia socializadora en la cual se entrenan las personalidades individuales para que se adecuen motivacional y técnicamente al desempeño de sus roles de adulto.” (Gómez V. J y Hernández G. A, 1991, p. 42)
Es decir la escuela es el primer agente socializador y es quien definirá el
status del individuo, se está hablando de un status adquirido, éste se “gana” dependiendo
del desempeño de cada alumno, de modo que la clase se ocupa de llevar a cabo el
proceso de socializar y ésta va en función de internacionalizar habilidades y
compromisos y así asignar el rol que desempañara en la sociedad adulta el
individuo.
- Se habla que la escuela no es el único sistema socializador también están la familia, la iglesia etc. Pero si es la escuela quien hace la diferenciación de la competencia de poder realizar determinadas tareas en los roles individuales y la responsabilidad de este rol, la capacidad de conllevar responsablemente con quienes enlazan relación en la práctica de su trabajo.
- “En la sociedad norteamericana hay relación estrecha,
entre el nivel de nuestro status social y nuestro nivel académico” (Gómez V. J y Hernández G. A, 1991, p. 42) y esto ira de acuerdo al nivel que se puede
alcanzar de empleo, por ejemplo, de acuerdo al currículum y su responsabilidad
como buen ciudadano de la escuela de un maestro es como se define su
superioridad.
Es importante destacar que los planes que se hacen van en
congruencia con la ocupación de los padres, así como, en el quintil de las de
capacidad superior, el rango de los que pensaban ingresar al collage era del 29 por ciento hijos de
obreros, por tanto, las personas con status bajo ingresan a la fuerza de
trabajo y su diferenciación se maneja de acuerdo a categorías ampliamente
distintas de trabajo. Por otro lado el rango se eleva al 89 por ciento entre
hijos de profesionistas muy especializados, por consiguiente, estos alumnos de
status alto podrán continuar con sus estudios y a diferenciación de los de
status bajo su diferenciación radicara en roles ampliamente distintos en el collage.
- El proceso de selección se basa conforme el desempeño
registrado en la escuela primaria, ahora bien, “la verdadera línea divisora se
encuentra entre las que siguen los estudios preparatorios al collage en high
school y los que no” (Gómez V. J y
Hernández G. A, 1991, p. 42)
- En la escuela otro factor que sobre sale es el de dar a
los alumnos un status entre ellos, pues propicia a que el niño busque la
aprobación y aceptación de sus iguales esto lo llevara a obtener el rol del
adolescente popular e igualmente surgen mas relaciones con el sexo opuesto a
través de salidas fuera del salón de clases.
- De la valoración del desempeño se encarga la escuela y la
familia, principalmente este proceso se efectúa en la escuela primaria. Dentro
del salón de clases aun no hay una base para poder iniciar la diferenciación,
ésta se va a decretar con forme al desempeño de los alumnos.
Para la evaluación del
desempeño del alumno se plasmara en una boleta de calificaciones que desde la
vista del alumno ésta crea castigos o premios, mientras que para el sistema escolar
es un foco de asignación de roles que en el futuro se ocupara en la sociedad.
Conclusión:
Primeramente este texto lo puedo trasladar al tiempo y
espacio que estamos viviendo, es cierto que la escuela es el principal
socializador para asignarnos un rol en
la sociedad, y dependiendo de nuestro desempeño será el papel que se nos estipulara.
Aun se sigue manejando el calificar nuestro desempeño en
“boletas de calificaciones” y de igual manera dentro de nuestros iguales nos
dará un status del adolescente bueno así como si destacamos en alguna actividad
más que los demás se nos otorgara el rol
del alumno popular, me parece relevante lo mencionado por el autor Parsons ya
que su concepción por “salón de clases” es lo que nos ha regido hasta nuestros
días.
Bibliografía:
Gómez V. J y Hernández G. A (Comp.). Antología: El debate en turno a la educación enfoques predominantes. México, Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán, 1991, 426 p.
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